sábado, 7 de mayo de 2011

ABECEDARIO DE TÓPICOS



         AMOR: sentimiento deplorable experimentado a base de pequeños sapos de odio.
 

         BESO: arcaísmo erótico-festivo de la gente que conserva su cutis en perfecto estado de revista.


         CARICIA: pequeño vicio perfectamente descriptible que destilan ciertas voces lejanas en el espacio y en el tiempo.


         DESEO: alimento crudo de algunos visionarios y visitantes desbaratados en bailes de San Vito.


         EROTISMO: práctica desarrollada recientemente por irisadas orquídeas disecadas, actualmente en desuso a causa de la ruptura del receptáculo diminuto donde estaban plantadas.


         FELICIDAD: sensación inútil que rezuman algunos seres minerales, vegetales y animales para disimular un forúnculo gigantesco.


         GENTILEZA: acción laudatoria, sazonada con ajo y perejil, llevada a cabo por una pareja de guacamayos de cada especie.


         HOLA: término afectado por colores primarios, cuya función es que la despedida sea lo más breve posible.


         IDEAL: aspiración que afecta a ciertos bulbos infames e incandescentes, resueltos a admirar la grieta de un horizonte cada vez más inaccesible.


          JÚBILO: curioso sentimiento beatífico o demoníaco, según la cantidad de manteca que aporte el afectado.


         KYRIE: canto sin argumento, cuya duración depende de los inextricables procesos digestivos de los que lo llevan a término.


         LABOR: dedicación imprescindible y aburrida, cumplida de mala gana para satisfacer nostalgias incompletas.


         MARAVILLA: expresión que denota la mayor ignorancia de su significado por parte de quien la pronuncia al atardecer.


         NOVIA: alimento de blancuras ingenuas, objetivo de ínfimos cristales ovales que regresan paso a paso hacia la matriz.


         OFRENDA: ritual ridículo, mediante el cual, cualquier ferocidad es aplacada, normalmente hasta la próxima ingesta.


         PASIÓN: sensación al principio, ensordecedora, seguida de escenas  de celos cada vez más tenues.


         QUERUBÍN: ser fabuloso e idolatrado hasta que muestra el reverso de su moneda y se descompone en tatuajes de plástico.


         ROMANTICISMO: extraño movimiento con el que se pretende demostrar lo contrario del resultado exacto.



         SABIDURÍA: experiencia adquirida a base de desengaños y de contemplar, sin envidia alguna, árboles milenarios.

         
         TERNURA: sentimiento injertado con viscosidades diversas que, a medida que se acumulan, forman un costra que ayuda a olvidarlo.


         UNIÓN: celebración execrable, organizada y practicada todas las veces que la minuciosidad del ritual lo permita.


         VIRGINIDAD: excelente tópico que demuestra, al hacerse trizas, la magnitud del alcance de algún fantasma.


         WÁTER: lugar, normalmente bien iluminado, donde se busca el último refugio de esperanzas apagadas y silenciosas.


         XENOFOBIA: ciencia y arte de adivinar las múltiples buenas intenciones que  se esconden en los corazones de quienes la practican.


         YPERITA: mineral con el que pueden galantear algunos elementos irreales que no sienten vértigo al recordar antiguos espacios lúdicos.


         ZODÍACO: creencia impulsada por las estrellas, con cuyo permiso los planetarios deciden si se enamoran o no de sus espectros particulares.
        

NOTA AUTOBIOGRÁFICA



  
            Nací en Barcelona la noche del 29 de diciembre de 1962. Toda la ciudad estaba cubierta por la nieve. Mi lengua materna es el castellano. Cursé estudios primarios en una escuela activa catalana. A la edad de nueve años, empecé a hablar en catalán, para satisfacción de mis padres. Desde entonces, escribo y hablo en catalán y, también, en castellano. Soy un poeta autodidacta. Creí en el amor y me enamoré, sin ser nunca correspondido. Esta carencia es la que me movió a escribir poesía. Mis aficiones son leer, pasear y escoger mi propia música.


 



POSESIÓN



 
Empujarse y notar que nada falta,
flotar, rozar, unir risas y pecho,
mirar, temblar, sentirse satisfecho,
abrazarse y querer la fiebre alta.

Sentir latir un corazón que salta,
reír al compartir camino y lecho,
coronarse de musgo y flor de helecho,
contemplarse en la noche que resalta.

Y en los pozos de luz de tu mirada
ver dos promesas de pasión futura,
y conocer tu plenitud callada.

Y no temer jamás la niebla oscura,
y recibir de ti la madrugada,
y esperar junto a ti la gloria pura.