lunes, 9 de mayo de 2011

Y YO NO...


Yo tengo dos grandes ojos negros:
son míos, son limpios, y miran a lo lejos;
son como dos ríos fluyendo hacia el mar,
y quien se mira en ellos, sucumbe a su embrujo.

Son como yo, lloran como yo,
y, a veces, se hunden en quejas y sombras,
y, como yo, mis grandes ojos negros
lloran mi pena y mi pobre realidad.

Cuando se abren, el mundo les sonríe,
pero se hunden frente a la mentira:
la mentira les hiere y buscan en los rostros
una mirada limpia, un alma en que mirarse.
 
Si tengo esos dos dones,
es porque he crecido
a golpes de esperanza
y sendas recorridas.
Yo tengo, a veces, un humo
que brilla en mis pupilas
y hace asomar la bestia,
y yo no...

Yo tengo dos grandes ojos negros
y, a veces, negra el alma,
cuando el deseo aprieta
y asoma la bestia en mi mirada.

Yo tengo, a veces, deseos
que hacen brillar mis pupilas
y esos grandes ojos negros
pierden su plácida belleza.

Yo tengo esos grandes ojos negros
y, a veces, quisiera arrancármelos,
porque en ellos brilla la sed de placeres
y yo no he tenido una mujer que la apague.

Quizá ya sea tarde,
y, quizá, me los arranque,
pero hoy que todavía siento,
yo, con mis grandes ojos negros,
estoy llamando a tu puerta.

SABER



Prestarse al juego sin controlarlo,
jugar aún sin conocer las reglas,
decir que sí, obedecer y obedecerte,
«perquè són vostres per sempre
el regne, el poder i la glòria»[1].

Dudar de un dios ajeno al sufrimiento,
dudar de un cielo en que no cabe Dios,
ver al sol condenado en el infierno,
y saber que sin él no hay posibilidad de vida.

Y, pese a todo, creer que vivir es necesario
y jugar el juego aún sin controlarlo.








[1] “Porque son vuestros para siempre // el reino, el poder y la gloria”, en catalán. N. del A.

CRECER


Buscar es fácil, pero ¿qué se encuentra?
Dolor y calma son proporcionales,
crecer es intentar equilibrarlos,
lograrlo es ser y, siendo, se ha llegado.

Forzar a ser sólo lleva al dolor,
sentir no es ser, sólo es percibir
y la distancia entre crecer y ser
es un abismo que rara vez se colma.

Y la razón ¿no conlleva calma?
Si hace crecer, te llevará a buscar
para encontrar tu ser: dolor y calma.

Y habrás llegado cuando, sin forzar,
hayas equilibrado tu hoy, tu ayer
y tu mañana.