Coge el caballo alado por las crines
y él obedecerá tu voz de mando.
Monta sin miedo sobre el lomo blando
y alcanzarás la paz de mis jardines.
Te esperan tus amigos los delfines
que cerca de la playa están llamando
y en su oscuro lenguaje van cantando
un extraño concierto de violines.
La noche me traerá tu compañía
cuando Pegaso venga a estas arenas,
y en mi jardín te haré del todo mía.
Ahuyentarás de mí todas las penas,
pero dudo que dure mi alegría
si regresas al mar con tus sirenas.