jueves, 29 de septiembre de 2011

POCOTRIGO[i]




«Te daré una sabanita
que tengo yo»:
y, junto al pozo de hielo,
jugaban como todos los niños.
Después un viento helado,
y el pecado de una guerra
entre hermanos.
«Para ti no hay más;
antes ha venido tu hermana»:
y el llanto de un niño,
y el desconsuelo de todos,
largas colas, frío, y la vida
que miente con sus labios de hielo.
Y un poema o dos para hacerse
una trinchera contra el mundo,
y una esperanza, siempre una esperanza.



[i] Nombre de la finca de mis abuelos maternos en Ibi, residencia actual de mi tía María del Carmen. N. del A.

AMOR DE NUNCA










    Sí, sé que sabes
que he fumado y he bebido
hasta borrarme de tu infinitud.

    Sé que sabes
que te he deseado y te he rehuido
en noches de irrealidad turbadora.

     Sé que sabes
de mi cuerpo contrahecho
por narcóticos aberrantes.

     Sé que quieres
cuidarme, sanarme, escribirme, amarme.
Te espero, frágil, sumiso, perdido,
     aún ardiente.