Siempre la claridad viene del cielo,
dando vueltas en fértiles miradas,
refugiándose en lóbregas caricias.
Siempre el cielo te busca en las miradas,
refugiándote en fértiles caricias,
volteándote en flecos de aguacero,
estrellándote en falsas claridades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario