martes, 13 de marzo de 2012

LA CIUDAD


 

Me tizno cuando te presiento.

Me envuelvo en tormenta y me ahogo
                           en lechos de río seco.

Cuando bajo a ti,
                           me encauzo
en piedras de ausencia.

Al llegar a tu umbral,
                                  desciendo,
y te camino de puntillas,
por no despertarte del sueño.

2 comentarios:

  1. ¡Qué bueno, qué sugerente! Sigo con placer tu blog, una ventana al corazón. Gracias en nombre de tus seguidores.

    ResponderEliminar