EL CREADOR, PRINCIPIO
MASCULINO,
LA TIERRA, PRINCIPIO
FEMENINO
Ningún ser nacido
puede igualarse al Creador o a la Tierra.
¿Alguien se ha fijado
alguna vez
en las simetrías que
existen
en las plantas y en los
animales?
Quizá en todo lo vivo haya
dos polos.
Los árboles crecen hacia el
cielo
tanto como sus raíces
penetran en la tierra.
Nosotros los humanos,
con nuestra anatomía
creada para avanzar hacia
adelante,
¿acaso no fuimos creados
también
con un cuerpo repartido
entre dos polos?
Apreciamos la belleza del
rostro
y despreciamos nuestro otro
polo,
el del deseo y el de lo
desechable
para nuestro cuerpo.
Quizá el Creador juegue
siempre en la creación
y su evolución
con piezas similares, aunque
no idénticas,
y por ello no haya en la
naturaleza
dos cosas exactamente
iguales,
aunque el hombre quiera
clasificarlo todo
según su pensamiento.
Quizá el pensamiento
humano,
a veces sublime,
no haga más que descubrir
a lo largo de los siglos
algunos de los acertijos que
el Creador puso en la Tierra,
para que ni Él ni Ella se
acaben nunca,
y para que los humanos
tengan siempre
en qué pensar y a quién
amar,
El Creador, padre eterno,
principio masculino.
La Tierra, cuna de la
creación, principio femenino.
Xavier Martí, 6 de juliol
de 2018
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