de un patio con limones
y tortugas y luz y sombra
y una paz y una alegría inmensa,
y el recuerdo y la presencia
del amor de mi hermano Martín,
protector, dulce, ariete y estandarte
de mi casa en el mundo:
«¡huy, ahora!».[i]
[i] Frase con la que mi hermano Martín, cuando era niño, advertía a los demás niños que iba a contestar a una provocación. N. del A.
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